El Peñón de Cayaguanca (Honduras)
El peñón de Cayaguanca
El peñón de Cayaguanca, es un destino perfecto para visitar, si desean tener una experiencia única e increíble. Este sitio se destaca por sus formaciones rocosas, las cuales le permiten a los visitantes disfrutar de la belleza escénica del hermoso paisaje que lo rodea. Así mismo, la asombrosa vista panorámica que regala desde la cima hacen que valga la pena el ascenso de sus 1,621 metros de altura.
Ubicado en el departamento de Ocotepeque, Honduras. Este es un rinconcito denominado como un mirador de estrellas, además, es la frontera natural que divide nuestro país del país vecino El Salvador. Este lugar puede visitarlo en cualquier momento junto a sus seres queridos, en el podrá disfrutar de una comida al aire libre; sin mencionar que la experiencia que vivirá será única.
Un recorrido en la naturaleza
Esta magnífica creación de la naturaleza se encuentra localizada entre Honduras y El Salvador, cabe mencionar que ambos países comparten esta joya. La aventura para llegar a él, inicia en el desvío a la aldea San Rafael, en el bello el bello municipio de Nueva Ocotepeque; donde podrá realizar senderismo y adentrarse en lo desconocido. Sin duda es una hazaña audaz, para los amantes de la naturaleza.
Este sitio impresionante es un bello recordatorio de la época precolombina en donde las únicas fronteras que existían eran hasta donde se podía alcanzar a ver. Lo que nos indica que los límites fronterizos son solo invención del hombre para separarnos. Es por ello que El Peñón de Cayaguanca es considerado por muchos como “La piedra que mira a las estrellas”.
En la cima de él se encuentra un mirador desde el cual se tiene una vista panorámica de toda la naturaleza que lo rodea. Además cuenta con un sendero de ida y vuelta de 3.5 kilómetros, en el cual se puede apreciar la flora y fauna.
La Leyenda de Cayaguanca
La leyenda dice que Cayaguanca era un joven hermoso y un hábil guerrero que se había enamorado de la princesa, pero este no tenía más riqueza que el amor que sentía por la hija del cacique. Cuando este se percató de la pasión prohibida de su hija, ordenó amarrar a Cayaguanca en la cima de la peña para que muriera de frío y hambre. Él lloraba y clamaba el nombre de su amada.
Las lágrimas del joven guerrero fueron tantas que labraron esa parte del cerro y con el paso del tiempo, las lágrimas de amor se convirtieron en piedras en la que ahora se aprecia este peñón. Según la misma leyenda, Cayaguanca quiere decir «la piedra que mira a las estrellas».
De acuerdo a la leyenda durante las noches más frías, dicen que se puede escuchar en el cerro la voz de Cayaguanca, gritando por su amor. Y que las rocas apuntan hacia el cielo en honor a la princesa que tanto amó.