Niños que Crecen sin Padre
Niños que Crecen sin Padre
Cada vez son más comunes las familias monoparentales. Por mucho que el progenitor que está presente se esfuerce por cumplir ambos roles, los niños que crecen sin padre tienen vacíos emocionales que deben ser atendidos.
Las familias están cambiando. En el mundo occidental, la proporción de familias monoparentales va en aumento y, en consecuencia, el porcentaje de niños que crecen sin padre o madre.
Cualquiera que fuera la razón que llevó a una familia a ser monoparental (divorcio o separación de la pareja, muerte de la pareja o padre ausente), el hecho de estar sola con los hijos impone retos y dificultades que atender.
Consecuencias de Tener un Padre Ausente
Salvo en los casos de las familias extendidas, en las que algún pariente asume el rol del padre ausente, los niños que crecen sin padre pueden desarrollar varios trastornos de conducta. Esto ha sido ampliamente reconocido y aceptado por todo tipo de especialistas.
Para esconder los sentimientos de infelicidad, ira, abandono y miedo que los embarga, los niños que crecen sin padre pueden presentar problemas. Según este estudio realizado por la Pontificia Universidad Javeriana (Colombia), algunos de ellos pueden ser:
Dificultades para relacionarse con otros niños, déficit de atención y bajo rendimiento escolar, degradación de la madre e idealización del padre, vacío emocional y baja autoestima, problemas emocionales como ansiedad, depresión o agresividad, miedo al abandono, lo cual genera conductas dependientes o aislamiento social, abuso de sustancias o drogas y menos autocontrol.
Recomendaciones Para Criar a Niños que Crecen sin Padre
Si criar y educar es una tarea lo suficientemente compleja para una pareja constituida, es mucho más exigente si todo recae en un solo progenitor. Un niño necesita de refuerzos positivos para crecer sano y feliz, para madurar como un adulto seguro de sí mismo y con buena autoestima.
Las siguientes recomendaciones te pueden ayudar en el complejo proceso de criar sola a tus hijos.
1. Busca apoyo familiar
Si hay alguien en la familia que pueda apoyarte activamente en la crianza de tu hijo, aprovecha la oportunidad. Un abuelo, un tío o una tía pueden llenar parte del vacío emocional que genera la ausencia de un padre.
2. Busca ayuda psicológica
No temas pedir consejo a un profesional. Este puede ayudarte a encausar las consecuencias de la ausencia del padre, así como los problemas que puedan surgir en la relación con tu hijo y el necesario perdón que tienes que tener contigo y con el progenitor que ya no te acompaña en la crianza.
3. Evita desacreditar o culpabilizar
En momentos de tensión con tu hijo, evita desacreditar o culpabilizar al padre ausente o al niño. Si hablas mal del padre no lograrás nada positivo. Muchas veces, los niños se sienten culpables de la ausencia del padre, a pesar de que no tengan ninguna responsabilidad en ello.
4. Evita las comparaciones
Evita comparar a tu familia con otra que cuente con sus dos progenitores. Lo más probable es que el niño lo haga, así que evita hacerlo tú. Esas comparaciones lastiman, generan frustraciones y ahondan las heridas.
5. Reglas claras y flexibles
No es infrecuente que se elijan los extremos al momento de educar a un niño sin padre: o se es muy disciplinada o se omite por completo las normas y las reglas.
Cuando una mujer se queda en la crianza, tiende a ser muy estricta o muy laxa con las normas. Ni lo uno ni lo otro es bueno para los niños que crecen sin padre. Tiene que haber reglas claras, pero a la vez flexibles, que puedan adaptarse a las circunstancias y que garanticen el bienestar de tus niños y el tuyo.
6. Dedica tiempo a tus hijos
Si no hay con quién compartir las responsabilidades, es frecuente que haya una sobrecarga de tareas y actividades por cumplir. Sin embargo, reserva un tiempo (por corto que sea) para compartir y disfrutar con tus hijos: estudiar con ellos, leer un cuento, pasear…
7. Tolerancia y paciencia
Ten tolerancia y paciencia, tanto con tus hijos como contigo misma. Habrá momentos difíciles, acéptalos. Evita querer ocupar los dos roles, eso es imposible. Puedes cumplir con un único rol y, desde ahí, dar lo mejor de ti por tu hijo. Lo que hoy no salga bien, ya se podrá resolver más adelante.
Para ti
Para ti, que estás sola criando a tus hijos, es importante que dejes abierta la posibilidad de reconstituir tu familia. No será una decisión fácil, ya que quien se acerque a ti tiene que entender y aceptar que tus hijos forman parte de tu realidad.
Igualmente, esa nueva persona deberá asimilar que, al involucrarse contigo, tendrá que asumir un rol dentro de la familia. Pero no te niegues la oportunidad de ser feliz con una nueva pareja. Amargarte y cerrarte no tiene sentido.
Reconstruir la familia brinda a tu hijo la posibilidad de reestructurar vínculos y también afectos con la figura paternal que tu hijo necesita.