Trucos de Crianza para Evitar que tu hijo se convierta en un narcisista

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Trucos de Crianza para Evitar que tu hijo se convierta en un narcisista

De la mano de Jack Lewis, neurobiólogo doctorado en Neurociencia por el University College de Londres y autor del libro ‘La ciencia del pecado’, compartimos una serie de consejos prácticos basados en la neurobiología para evitar la formación de tendencias narcisistas en los niños.

La crianza de los hijos está llena de desafíos. Estos van evolucionando a medida que cubrimos etapas: no son los mismos retos los que afrontan los padres cuando tienen un bebé en casa que cuando su hijo o hija tiene 8,12 o 16 años, pero no hay fase que no presente desafíos. Algunos incluso están vigentes durante toda la infancia y adolescencia de los hijos e hijas: son retos constantes, como el de no criar a un niño narcisista.

Los expertos como el neuropsicólogo Álvaro Bilbao, que comparte algunos rasgos para reconocer a los padres narcisistas y cómo afecta a los niños, o la psicóloga Mercedes Bermejo, que da cinco señales para reconocer a un niño narcisista potencial y cómo evitarlo, inciden en que la forma de educar a los niños y niñas tiene un impacto profundo en su desarrollo emocional. Para bien… y de una forma no tan positiva.

No es el único factor que influye, pero nuestra manera de guiarles y de acompañarles, de ejercer la crianza de los hijos en definitiva, es decisiva a la hora de que un peque se convierta o no en una persona narcisista.

En este artículo, de la mano de Jack Lewis, neurobiólogo doctorado en Neurociencia por el University College de Londres y autor del libro ‘La ciencia del pecado: ¿por qué hacemos cosas que sabemos que no deberíamos hacer?’ (editorial Pinolia), compartimos una serie de consejos prácticos basados en la neurobiología para fomentar la empatía y evitar la formación de tendencias narcisistas en los niños.

¿Qué es el narcisismo en los niños?

El narcisismo no es solo un rasgo de la personalidad adulta. En los niños, puede manifestarse de múltiples maneras. Por ejemplo, en la infancia también se pueden desarrollar la empatía, el egoísmo extremo y la necesidad excesiva de atención y validación, todos ellos rasgos propios de personas, menores en este caso, narcisistas.

Jack Lewis, que, como neurobiólogo explica cómo la estructura cerebral del niño se moldea por las interacciones con sus padres y el entorno, influyendo así en su comportamiento, señala que “una teoría influyente relacionada con lo que siembra las semillas del narcisismo describe dos estilos de crianza diferentes que, de un modo u otro, acaban impidiendo que un niño distinga con éxito entre el ‘yo’ y el ‘otro’”.

La importancia del desarrollo emocional temprano

La neurociencia ha demostrado que el cerebro de los niños es increíblemente maleable, especialmente en los primeros años de vida, que es cuando se forman las conexiones neuronales que determinan cómo se relacionan emocionalmente con el mundo. Y es, por lo tanto, en esta fase cuando el impacto de los padres en la personalidad de sus hijos es sobresaliente.

En consecuencia, como el propio Jack Lewis desarrolla en su libro, los progenitores juegan un papel crucial para prevenir comportamientos narcisistas. “Influyen poderosamente las interacciones diarias entre el niño y sus padres o cuidadores, o cualquier otra persona con la que el niño pase la mayor parte del tiempo y con la que establezca vínculos más estrechos”, dice Lewis en ‘La ciencia del pecado’.

El experto en neurociencia argumenta que, en líneas generales, “los padres o cuidadores negligentes no dedican suficiente tiempo a sus interacciones con el niño para permitirle establecer dónde acaba su ‘yo’ y dónde empiezan los ‘otros’ en el mundo exterior”.

Por ello, es clave intentar guardar un equilibrio a lo largo de la crianza de los hijos que permita encontrar lo que Jack Lewis denomina la “zona ricitos de oro”. En este espacio intermedio, apostilla el autor, “el niño es capaz de aprender a juzgar la idoneidad de su propio comportamiento y su autoestima, con mayor independencia de los demás”.

¿Y cómo es posible encontrar esta zona “de ricitos de oro” a la que hace referencia el neurocientífico? Nada lo garantiza, pero estarás mucho más cerca del objetivo como padre o madre si aplicas los consejos o trucos de crianza para evitar el narcisismo infantil que compartimos a continuación. Consejos que evitarán, por ejemplo, que el exceso de autoestima cree niños individualistas y egocéntricos, además de narcisistas.

Trucos de crianza para evitar el narcisismo infantil

Más allá de los estilos de crianza, que como hemos visto todos tienen sus líneas rojas, incluso los más empáticos y protectores, Jack Lewis tiene claro que la crianza ideal para evitar niños narcisistas pasa por la atención a los pequeños detalles.

“Aparte de la influencia de los estilos de crianza que prestan demasiada o muy poca atención, el diablo realmente está en los detalles cuando se trata de cómo la retroalimentación puede dirigir el orgullo hacia la virtud o el vicio”, señala el autor en las páginas de ‘La ciencia del pecado: ¿por qué hacemos cosas que sabemos que no deberíamos hacer?’.

En los siguientes trucos para evitar niños narcisistas nos detenemos y profundizamos en algunos ejemplos concretos.

Una de las claves para prevenir el narcisismo es enseñar a los niños a ponerse en el lugar del otro. No hay experto en la materia que no advierta o aconseje sobre ello. Lo hace una psicóloga de Harvard, que recomienda este hábito para cultivar la empatía en los niños.

Anima a tus hijos a ponerse en la piel de los demás miembros de la familia, a practicar la resolución de conflictos a través de la palabra y la argumentación, a colaborar y trabajar en equipo y a la reflexión personal. No olvides que un estudio ha demostrado que la empatía se “hereda” de padres a hijos.

No sobreproteger ni alabar en exceso

El neurobiólogo Jack Lewis explica al respecto que “cuando los padres y cuidadores dan su opinión sobre si la conducta actual de un niño es buena o mala, es decir, un juicio transitorio, están en terreno seguro”. Sin embargo, es fácil caer en la trampa de elogiar constantemente a los niños por sus logros, pero esto puede hacer que desarrollen una visión inflada de sí mismos.

Según el autor, “los problemas surgen cuando los padres o cuidadores hacen comentarios sobre el comportamiento utilizando un lenguaje que suena como una evaluación del valor global del niño”. Pone como ejemplos comentarios formulados en términos absolutos como ‘Eres una niña tan traviesa’ o ‘Ahí tienes a mi princesita perfecta’. “Estos comentarios pueden parecer perfectamente inofensivos, pero, si se utilizan de forma sistemática, pueden estar sembrando inadvertidamente la semilla del narcisismo”, indica Jack Lewis en ‘La ciencia del pecado’.

Cómo influye la neurobiología en el comportamiento narcisista

En sus investigaciones, el autor de ‘La ciencia del pecado’ ha profundizado en “los posibles impulsores neurológicos detrás de los aspectos del orgullo que se han interpretado como pecaminosos en los últimos siglos”, y en cómo la neurobiología influye en una personalidad destructiva de narcisismo que el autor define como “el trastorno de la personalidad narcisista”.

A través de sus investigaciones y su experiencia profesional, y tal y como expone en su obra el neurobiólogo Jack Lewis, el comportamiento y la conducta de los padres tiene una gran influencia en el comportamiento narcisista de los hijos e hijas.

Para evitarlo, a modo de conclusión, el autor recuerda que es esencial, como padres y madres, “alimentar los aspectos positivos del orgullo en los niños sin inducir accidentalmente las diabólicas consecuencias del narcisismo”.

Esto pasa, concluye Jack Lewis, por una regla general de aplicación colectiva: “Dar amor incondicionalmente y mantener la retroalimentación sobre si su comportamiento actual o reciente es bueno o malo como una cuestión completamente separada”.

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