Volcán de San Miguel (El Salvador)

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Volcán de San Miguel

El volcán de San Miguel está ubicado en el municipio de San Miguel y a once kilómetros de la ciudad del mismo nombre en El Salvador. Se levanta aislado de la cordillera de Chinameca. Tiene una altura de 2129 msnm, siendo el tercer volcán más alto del país. Presenta un cráter central de unos 800 metros de diámetro y varios adventicios por los cuales ha expulsado lava quemada. Además, su cono es considerado entre los mejores formados de Centroamérica.

Este volcán se considera entre los seis más activos de El Salvador. Se calculan al menos 26 erupciones en los últimos 304 años, la más notable la del año 1787. Desde la fundación de la ciudad de San Miguel en 1530, se cuentan ocho flujos de lava a través de las fisuras del cono volcánico. La penúltima actividad eruptiva se produjo en 1976. La más reciente actividad volcánica data del año 2022.

Este volcán es conocido por el supuesto nombre nativo lenca de Chaparrastique, que significaría tierra calurosa del chaparro o tierra del calor. Sin embargo, el historiador Jorge Lardé y Larín asevera que tal denominación no existió en ningún lugar de la antigua Provincia de San Miguel.

La primera mención de tal nombre la hizo Bernal Díaz del Castillo en su obra Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, donde describe, en un viaje por la región en 1526, que dieron con unos pueblos a los que pusieron por nombre los Chaparrastiques. Posteriormente Francisco Antonio de Fuentes y Guzmán en su trabajo Recordación Florida menciona esa región como pueblo de Chaparrastiques, lo cual Lardé y Larín alude como «mera ocurrencia»

Al final el coronel y licenciado Manuel Fernández, en su obra Bosquejo físico, político e histórico de la República del Salvador de 1869, afirmó que el volcán era llamado Chaparrastique, a pesar que diversos documentos desde la colonia española lo calificaron con el apelativo de San Miguel.

Un “campo lunar” en el cráter del Chaparrastique

Ver el volcán Chaparrastique de lejos puede ser intimidante, pero a medida se va escalando se observan todos los paisajes que se abren ante él. No cabe duda que deslumbra a cualquiera.

Es un campo lunar o el set de una película de ciencia ficción. Así podría definirse el cráter del volcán Chaparrastique en San Miguel luego de la actividad volcánica de los meses anteriores. Elevado a 2,129 metros sobre el nivel del mar, este lugar representa la osadía de aquellos que se atreven a entrar y pisar el suelo cubierto de ceniza donde apenas y se puede asomar a la orilla de su cráter central.

Subir este estratovolcán implica tener resistencia para cruzar varios senderos y terrenos antes de llegar hasta la cumbre, lo cual puede tomar un tiempo aproximado de cuatro horas de camino, aunque esto dependerá de la condición física de cada persona.

El Chaparrastique está compuesto por varias capas de rocas de composición basáltica y es el tercer volcán más alto del país, el primero lo ocupa el Ilamatepec, en Santa Ana.

Según datos del Ministerio de Turismo, tiene una inclinación de 45 grados, lo que lo convierte en un reto para todos los amantes del senderismo.

Sin embargo, las caminatas al coloso migueleño han bajado significativamente debido a la actividad volcánica que se reactivó el 15 de noviembre de 2022 y que puso en alerta a todas las instituciones debido a su peligro, ya que se registró el levantamiento de columnas de ceniza de aproximadamente cinco kilómetros de altura.

Según el Observatorio de Amenazas del Ministerio del Medio Ambiente de El Salvador (Snet), en 1586 se registraron emanaciones después de 107 años de inactividad.

Tres meses después, la actividad se minimizó y aparentemente volvió a la normalidad, aunque Protección Civil publicó el 31 de diciembre un aviso donde explicó que el volcán todavía despedía leves emanaciones y explosiones de gases, por lo que no se deben realizar actividades turísticas.

Actualmente excursionistas se aventuran a escalarlo bajo su propio riesgo, tomando en cuenta las indicaciones de guías experimentados.

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