LA INOCENCIA DE LA NIÑEZ

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LA INOCENCIA DE LA NIÑEZ

Mario Ernesto Cañas Rodas

Correo: mario.canas.coach@gmail.com / Facebook: Mario Cañas /

Instagram: @coachmario.canas / Twitter: @sepuede7

Llega el mes que se celebra al niño pequeño y grande que está en nuestros corazones, este es el mejor momento para recordar al chiquitín en nuestro interior, a lo cual llamó el poder de la infancia en nuestras vidas. Es imposible dudar que existen muchas imágenes de esa época que se quedan grabadas en el álbum de nuestra mente como fotografías, para siempre, como escenarios a los que, no importa que el  tiempo pase, uno siempre vuelve y recuerda, para bien o para mal.

Se dice que “los niños son como las estrellas, nunca hay suficientes”. Y es que los niños son lo más importante de nuestra sociedad, ya que representan el futuro. Es por ello, que la infancia es una época que nos marca para el resto de nuestras vidas. En esta etapa aprendemos a relacionarnos, a expresarnos y a percibir el mundo, es el momento, cuando los niños empiezan a conformar su personalidad y se suceden ciertas experiencias tanto en el núcleo familiar como en otros contextos también importantes que les marcarán para siempre. En lo personal me gustaban las aventuras fantásticas, las batallas del bien contra el mal, triunfando siempre el bien, me gustaba asustarme leyendo, pasar miedo sabiendo que al final todo acabaría bien e imaginándome un mundo de fantasías sin final. Hoy sé que la realidad es otra, y al final, eso solo es un recuerdo, pero los buenos valores, el esfuerzo, el nunca rendirse y perseverar hasta alcanzar siguen vigente en mi ser.

Recuerden que todo niño es un artista, porque todo niño cree ciegamente en su propio talento. La razón es que no tienen ningún miedo a equivocarse… Hasta que

el adulto les va enseñando poco a poco que el error existe y que deben avergonzarse de él. Nos preocupamos de lo que el niño llegue a ser mañana, pero nos olvidamos de que ya es alguien hoy.

Cada mañana el mundo es una hoja de papel en blanco esperando que los niños, atraídos por su luminosidad, vengan a impregnarse de sus colores, permitámoles

que brillen con intensidad para que el día de mañana cuando sean los adultos, alumbren las vidas de otras personas que tanto lo necesitan.

“Un niño es el tesoro más grande del mundo, cuídalos con el ejemplo para que sean hombres y mujeres de bien”.

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