¿Cómo Puedo Ayudar a una Amiga que Atraviesa Momentos Difíciles?

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¿Cómo Puedo Ayudar a una Amiga que Atraviesa Momentos Difíciles?

¿Te gustaría ayudar a una amiga a la que aprecias y que está pasando por un momento difícil?

Bueno, eso dice mucho de ti y de tu amistad.

Así que te voy a dar unas pautas para que entiendas mejor cómo funciona el proceso de ayudar a otra persona.

Puesto que a veces, sin quererlo y sin saberlo, podrías estar ayudando cuando no toca, o podrías también estar cargándote de energía negativa, sin darte cuenta.

1. Escucha Activa

Escuchar activamente significa estar presente en cuerpo y mente ante la persona a la que quieres ayudar. Y no te creas que sea algo tan fácil.

¿Cuántas veces piensas en lo que le quieres decir mientras la persona te está contando sus preocupaciones?

Es fácil que sean más de las que te gustaría.

Mi consejo: escucha sin pensar en la respuesta. Ya responderás luego.

Escucha, estáte presente.

Sólo así, podrás llegar a escuchar en profundidad para entender mejor aquello que le preocupa.

2. No te Enfades, si no Sigue tus Consejos al pie de la Letra

Es importante que recuerdes que: no podemos cambiar al otro. Es más fácil “entender” lo que le cuentas mentalmente, que llevarlo a cabo.

O como dice el dicho popular: “es más fácil ver una aguja en un pajar, que la viga en el propio ojo”.

Desde fuera, es muchísimo más fácil darse cuenta de lo que sucede. Pero desde dentro, la cosa cambia.

Por mucho que quieras ayudar a una amiga, tienes que entender que: Ella o él tienen vivencias emocionales que tú no has vivido.

Eso, puede dificultarle el llevar a cabo tus consejos, pero eso no implica que no los escuche.

Si ahora mismo no puede, confía en que quedarán grabados en alguna parte de su mente.

Quizá, más adelante, cuando tenga la fuerza suficiente para avanzar, tus consejos estarán ahí como guía.

3. Limita el Tiempo Dedicado a la Queja

Es normal que, cuando uno está mal necesita desahogarse. Decir todo lo que le duele o lo que le molesta.

Está bien tener un espacio para ello. Y tú, como su amiga, puedes dárselo, pero, si la conversación SÓLO se centra en quejas y más quejas, en vez de ser algo que libera, empieza a cargar a la persona otra vez y, probablemente, a ti también.

Una opción es darle un tiempo al principio para “quejarse” o, para sacar su dolor, pero después llevar la conversación hacia la manera de solucionarlo.

Y aquí es donde más puedes ayudar a una amiga, ya que probablemente, ella no sabrá qué hacer, puedes mostrarle todo aquello que tú ves y que ella no.

Y si te cuesta ponerle límites a esa queja, aquí te dejo mi guía para que te oriente un poco.

4. Hablar de Otras Cosas

Cuando uno está en una situación delicada o tiene un problema que la agobia, es posible que su mente se pase el día entero dándole vueltas a lo mismo. Una y otra vez.

Así que el encuentro con tu amiga, puedes también aprovecharlo para sacar otros temas, temas que nada tengan que ver o que no estén relacionados con su situación problemática.

Como por ejemplo: las vacaciones, los sueños, las ilusiones, etc. Sobre todo, que sean temas positivos.

De nada sirve dejar de hablar de un problema personal, para ponerse a hablar de un problema laboral.

Al final, el sentimiento de agobio y malestar va a ser el mismo.

La intención de hablar de otros temas es generar emociones positivas en tu amiga, para que al menos por ese rato, pueda cambiar su emoción.

5. Ayúdala, Pero no la Sustituyas

Para ayudar a una amiga, puedes estar a su lado, pero si haces por ella lo que ella debería hacer por sí misma, en el fondo, estás manteniendo su problema.

Imaginemos que tiene problemas con una amiga en común. Si tú hablas con esa amiga, en el corto plazo, puede que le “resuelvas” el problema, pero, ¿qué pasa a largo plazo?

¿Cuándo tenga otro problema, va a saber resolverlo por sí misma o va a tener que ir a buscarte cada vez?

6. Ten Paciencia y pon tus Límites

Si cada vez que quedas con tu amistad, sólo quiere hablar de sus problemas, es probable que esa relación empiece a ser tóxica para ti.

Está claro que quieres ayudar a una amiga, pero no tienes que pasarlo mal tú en el proceso.

No se trata de “aguantar” lo que sea “porque es tu amiga”, no, no.

Tú tienes que hablarle de tus condiciones. Cuándo es momento de desahogarse y cuándo ha llegado el momento de hablar de otra cosa.

El problema de las personas que sólo se quejan y no buscan soluciones es que podrían arrastrarte a su oscuridad, sin que te dieras cuenta.

Por eso, has de poner límites para cuidar de ti.

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