Qué se Debe Hacer Cuando se Tiene un Marido Violento

Qué se Debe Hacer Cuando se Tiene un Marido Violento

Aunque en este artículo que trataremos el tema de los maridos violentos también muchos de los consejos van a aplicar cuando en realidad es la mujer o la esposa quien es la violenta dentro del matrimonio.

Para empezar, determinaremos cuando tú puedes saber si tu marido es o no violento, muy obvio nos estamos refiriendo a la violencia en contra tuya, en contra de la familia, si tu marido o tu pareja ya ha levantado la mano en contra tuya o en contra de tus hijos aún que hubiera una aparente razón, según él, ya puedes dar por sentado que tu hombre es violento.

Algunos son Violentos Fuera del Hogar

Muchas veces los hombres no son violentos dentro del hogar, pero si reaccionan de manera explosiva e inesperada cuando se encuentran en el trabajo o en la calle y algunos sólo se vuelven violentos cuando andan bajo el efecto del alcohol o de las drogas.

Tú sabes, algunos borrachitos que vuelven cariñosos y bailadores, pero otros empiezan a inventar historias y empiezan a acusar a todo mundo de miles de fantasías que sólo existen en su imaginación, pero qué a pesar de ser cosas inexistentes se les altera el carácter empiezan a tirar golpes por todos lados.

La típica historia, el novio amoroso, atento, pero después de la boda y a las pocas semanas de convivir junto contigo su verdadero carácter sale a la luz.

No estamos a favor del divorcio, pero hoy día es triste ver día tras día noticias de mujeres y de niños quiénes fueron ultimados a manos de sus propios esposos y padres lo cual pudo haberse evitado de muchas maneras porque no me vaya usted a decir que no sabía su esposa o algún miembro de la familia de la tendencia de ese varón actuar de manera muy violenta.

¿Qué Debes Hacer si tu Marido es Violento?

Obviamente debemos de poner a Dios en primer lugar, busca a Dios, pídele que te guie, que abra tu entendimiento para que encuentres la manera de acercarte a él y hacerle ver que su conducta violenta no puede traer buenos frutos. Dios puede hacer cosas maravillosas, sin embargo, no sé por qué Dios no las hace en todos los casos.

He visto mujeres que oraron y oraron para que su marido cambiara, pero terminaron muertas a manos de este. He visto a otras rogarle a Dios con angustia y llanto por un cambio en su matrimonio y Él les contestó de una manera increíblemente sobrenatural y en algunos casos de la noche a la mañana.

Se entiende claramente qué debemos de poner a Dios en primer lugar, pero si ya ha pasado tiempo, ¿cuánto tiempo? Eso depende, pídele a Dios sensibilidad.

Si no Está Dispuesto a Cambiar Piensa si Sigues o no con él

Muchos opinan que la mujer debe de aguantar la violencia del marido y permanecer a su lado a pesar de las vejaciones, pero esos que opinan no están dispuestos intercambiar el lugar de la esposa para ser ellos quienes reciban los golpes. Muchos son buenos para opinar, pero no están dispuestos a ir más allá y ayudar a la mujer o a la familia de manera activa.

Si yo fuera tu no permanecería ni un solo día más en un hogar con un hombre violento, pero no estoy tomando la decisión que tú tienes que tomar, primeramente, Busca a Dios.

En segundo lugar, tienes que buscar ayuda, si tu marido está dispuesto también a buscar consejería y ayuda espiritual y profesional, adelante no dejes pasar la oportunidad. Pero si él no está dispuesto tienes que buscar ayuda para que alguien le haga ver a él la necesidad de reconocer su problema.

Esto es como los vicios los cuales son negados por aquellos que viven bajo el dominio del alcohol o de las drogas asimismo el hombre violento no reconoce que en realidad su carácter es débil o fuerte. Si fuera fuerte se pudiera controlar.

En tercer lugar, si él no está dispuesto a recibir ayuda, tú tienes que decidir si quieres seguir corriendo riesgos innecesarios. SI tú sabes o sientes que tu marido no puede controlar su carácter y pudiera lastimarte a ti y a tus hijos, entonces tienes que ver tus posibilidades legales y cuáles serían tus opciones si te ves forzada a dejar el hogar.