La Convivencia Entre Niños y Mascotas Como Lograr una Sana Convivencia

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La Convivencia Entre Niños y Mascotas Como Lograr una Sana Convivencia

Si planteas incorporar una mascota en tu nuevo hogar con niños o bien ya la tienes y es una criatura lo que esperas, quizás te preguntes como va a ser la convivencia y como hacer que funcione.  Aquí descubrirás algunos consejos para tener una buena y saludable relación, ¡que aporte beneficios para todos!

Primeros Acercamientos

Un perro puede ser el primer amigo de un niño y su compañero inseparable durante su etapa de crecimiento. Juntos aprenderán a cuidarse, quererse y a jugar a un montón de juegos. Pero para llegar a ello es importante cultivar esta relación, empezando por el principio.

En la primera presentación de ambos debemos dejar que el perro olfatee con cuidado al nuevo integrante de la familia y comprenda que es un miembro más.  Mantener en la medida posible todas las actividades que hacíamos antes junto a él (paseos, juegos con la pelota) e incorporarlo en las nuevas actividades familiares para que asimile bien el cambio y no se sienta rechazado.

La Clave Para Conseguir una Buena Convivencia

Es importante enseñar también al niño que el peludo es un miembro más de la familia y necesita dedicación y tiempo. Mostrarle o asignarle tareas al pequeño a medida que vaya creciendo como la de cepillarlo o ayudarnos diariamente a servirle la comida le enseñarán a coger pequeñas responsabilidades. Nuestro hijo también debe saber cuándo jugar y cuando no molestar a su mascota, pues cada actividad tiene su tiempo. En los momentos en los que el perro duerme o come el pequeño deberá dejarle su espacio y no agobiarle. Esta situación también debe producirse a la inversa, pues es importante que el perro sepa en qué momentos puede divertirse con su compañero y en cuáles no.

Beneficios Terapéuticos de Convivir con una Mascota

Desarrollo del sistema inmunológico. Los niños que conviven con mascotas tienen menos probabilidad de tener alergias o asmas, pues desarrollan un sistema inmunológico más fuerte. Esto se debe a que el cuerpo se acostumbra a luchar y convivir con las bacterias que pueda tener el perro y refuerza sus defensas.

Vínculos afectivos. Como mencionábamos con anterioridad, un perro puede ser el primer y mejor amigo del niño. Con él desarrollará la intuición y el sistema de comunicación no verbal mediante caricias, gestos, abrazos, mimos y multitud de juegos. Se dice que los niños que establecen estrechos vínculos con sus mascotas suelen ser más cariñosos también con los demás.

Valores. Son muchas las cosas que puede y podemos aprender de la relación con nuestras mascotas. La primera y la más importante es la empatía y el respeto hacia los demás. Cuidar de una mascota te hace comprenderla y averiguar como es y cómo se siente. Esto ayudará al niño más adelante a entender también a otras personas, a ser más generoso y tolerante.

Factores de Riesgo

Pueden darse y se han dado situaciones de conflicto causadas por factores diversos. Es importante localizarlas y solventar los problemas que puedan llevar a ambos a hacerse daño.

Si tenemos un cachorro (gato o perro) que suele jugar con el pequeño de la casa, es probable que su excitación y multitud de energía le lleven a dañar sin querer con un golpecito o un arañazo. Es importante adiestrar y enseñar a la mascota a jugar de manera apropiada y controlando sus impulsos.

Otros casos se dan cuando por agobio o estrés el animal de compañía nos ladra o marca de manera voluntaria. Muchas veces nos olvidamos de enseñar a nuestros hijos a respetar el espacio y el descanso del perro, ocasionándole tal agotamiento que llegue a enfadarlo y a reaccionar de manera agresiva. El animal también puede tener un mal comportamiento por celos, miedo o por la falta de socialización en sus primeros meses de vida. Todos estos factores pueden suavizarse y corregirse con paciencia y la ayuda de un educador.

Debemos aprender a reconocer los síntomas que avisan de este tipo de actitudes: lomo erizado, orejas gachas, cola baja o gruñidos.

Valores y Lecciones de por Vida

Estamos seguros de que la compañía de una mascota siempre compensará con creces todo el trabajo y dedicación que conlleve esta responsabilidad. Un gato o un perro son compañeros de vida de los que también podemos aprender muchas cosas. Son sinceros y aunque puedan dar mucho trabajo, siempre nos mostrarán lealtad y un amor único e incondicional. Dejemos que nuestros pequeños puedan disfrutar también de la convivencia junto a ellos y crezcan más sanos, fuertes y ¡mejores personas!

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