Propiedades de la Acacia

 

 

Se cree que el árbol de acacia ha sido utilizado por los humanos desde la civilización egipcia, cuando se la consideraba sagrada, y los vasos se hacían con la madera de la planta. Sin embargo, el origen ampliamente aceptado de la acacia común se remonta al 40-90 aC., cuando el botánico griego Dioscórides mencionó la Acacia nilotica en su tratado Materia Médica. Más tarde, en el siglo I, el uso medicinal de la madera y las flores de acacia fue mencionado por el romano Plinio el Viejo en su libro Historia Natural.

En el siglo XVII, el herbolario Jean Robin introdujo la semilla de acacia en Norteamérica y su popularidad continúa vigente, siendo utilizada, hasta la actualidad, para usos industriales y medicinales.

Las propiedades medicinales de la acacia son producto de una variedad de compuestos químicos, esencialmente fenoles, alcaloides, flavonoides y taninos. La acacia también es reconocida por su alto contenido de fibra, lo que contribuye aún más a sus beneficios astringentes, antivirales y antioxidantes, que son utilizados, principalmente, para:

-Acelerar la curación de heridas. Los extractos acuosos de la corteza de acacia poseen importantes propiedades astringentes, que contribuyen a una rápida cicatrización.

-Proteger la función hepática. Los extractos de hoja de acacia tienen propiedades hepatoprotectoras.

Además, la fibra soluble del árbol de acacia no solo ayuda a reducir el riesgo de desarrollar diabetes, al regular los niveles de azúcar en la sangre, sino que también promueve la salud del colon, al aumentar el peso y el tamaño de las heces, haciendo que pasen por el tracto digestivo con mayor facilidad.

Cómo funciona

Diversas investigaciones científicas han encontrado que la presencia de fenoles, taninos y flavonoides dentro de la acacia ayuda a acelerar la recuperación de heridas e inhibe el crecimiento microbiano. Estos fitoconstituyentes estimulan la contracción de los tejidos, así como la formación de vasos capilares y fibroblastos, que son células que producen colágeno y estimulan la regeneración de la piel.

Los extractos de acacia han demostrado ser útiles para normalizar los niveles de triglicéridos y colesterol, así como para regenerar tejido dañado.

Efectos secundarios de la acacia

La acacia se considera generalmente segura si se consume con moderación. Sin embargo, debido a su alto contenido de fibra, una ingesta excesiva puede provocar gases, hinchazón y diarrea.

Precauciones de la acacia

No hay estudios que refuten la seguridad del uso de la acacia durante el embarazo o el período de lactancia. Sin embargo, es mejor evitar el consumo medicinal en estas etapas, a menos que sea bajo supervisión médica.

La acacia puede prevenir la absorción de antibióticos utilizados para tratar infecciones bacterianas, como la amoxicilina. Para evitar esta interacción, los suplementos de acacia deben tomarse al menos cuatro horas antes de consumir dichos medicamentos.

Cómo consumir acacia

La acacia se consume comúnmente como fuente de fibra soluble. La goma de acacia, o goma arábica, se obtiene de la savia endurecida del árbol de acacia, y se tritura hasta convertirla en polvo. Sin embargo, debido a las abundantes propiedades medicinales de la acacia, sus diversas partes también se utilizan en una variedad de remedios tradicionales.

Formas naturales

-Decocción. Tradicionalmente, las hojas frescas de acacia se hierven con el jugo de la corteza para aliviar la diarrea y los dolores de estómago. Las hojas, tallos y vainas en polvo también se pueden usar de esta manera, ya que se cree que contribuyen a tratar la diarrea, la malaria y la disentería.

-Infusión. Las raíces de acacia se pueden remojar en agua caliente para hacer una infusión que ayuda a calmar las membranas mucosas, reducir la inflamación y atacar las infecciones microbianas.

-Polvo. Se puede tomar polvo de acacia para aumentar la ingestión de fibra, regular el tracto digestivo y ayudar a controlar el peso.

Remedios herbales y suplementos

-Miel. La miel de acacia se obtiene del néctar de la flor de acacia y es conocida por su acción terapéutica para limpiar el hígado y regular los intestinos. Puede utilizarse como sustituto de la miel tradicional.

-Tintura. Se prepara una solución concentrada macerando las partes trituradas de la planta en alcohol. Esta preparación debe diluirse en agua para aprovechar de manera segura los beneficios antiinflamatorios y antivirales de la acacia.

-Extracto líquido. El extracto líquido de hoja de acacia se ha utilizado tradicionalmente como remedio para la tuberculosis. También se usa como enjuague bucal o gárgaras para ayudar a tratar el dolor de garganta, la enfermedad de las encías y otras formas de inflamación oral.

-Ungüento. Los ungüentos de flores de acacia se utilizan tradicionalmente para ayudar a los trastornos digestivos. Aplicar en la zona del cuerpo deseada con una almohadilla de lana húmeda o con los dedos hasta dos veces al día.

-Aceite esencial. El aceite esencial de acacia se puede utilizar en difusores de aromaterapia para aliviar el estrés y el agotamiento nervioso. También es un ingrediente popular en aceites para masajes, baños y perfumes por su aroma floral delicadamente dulce.

-Cápsulas. Producto de la savia del árbol, la fibra de acacia en cápsulas se utiliza para apoyar la salud y la regularidad digestivas.

La acacia se ha utilizado durante miles de años en la preparación de alimentos, medicamentos, cosméticos y más. Sus usos medicinales van desde ayudar a curar heridas y prevenir el daño hepático hasta controlar los niveles de azúcar en la sangre y mantener movimientos intestinales saludables. Ya sea que se consuma como goma de mascar o en otras formas, los múltiples beneficios de la acacia hacen que valga la pena probarla.

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